Alegoría y Eufemismo en El Mundo Feliz de Aldous Huxley

 “En resumen- dijo Mustafa Mond-usted

reclama el derecho a ser desgraciado.

-Bueno valla-dijo el salvaje-: reclamo

el derecho a ser desgraciado.

-Sin hablar del derecho a envejecer y

Volverse viejo e importante; el derecho

a tener sífilis y cáncer; el derecho a tener

poco que comer; el derecho de ser piojoso;

el derecho a vivir en constante inquietud

por lo que ocurrirá mañana; el derecho a

pescar la tifoidea; el derecho a ser atormentado

por indecibles dolores de todas clases.”

Aldous Huxley. Un mundo feliz.

 En la novela de Huxley convergen una cantidad de situaciones que permiten pensar el papel irónico de una obra que satiriza al mundo moderno, que mofa y critica la era industrial avanzada del los años 20’s, mientras que el capitalismo como lo conocemos hoy en día parece asomar su lado oscuro, sin que se pueda dejar de lado la profunda crítica al sistema Soviético, que asomaba su cara por toda Europa. Pero finalmente, más allá de una crítica a modelos económicos hay una crítica al papel del Estado. La manera en la que Huxley aborda su mofa al modo en la que se está desarrollando la sociedad permite tener una imagen clara del sistema económico industrial, eje central de toda la novela. Hay también una apelación irónica a Freud. Es por ello que mientras en la obra de George Orwell hay una caricaturización total del sistema soviético, en Huxley hay algo más de fondo, hay un sarcasmo sobre el Estado; y al mismo tiempo hay un grito de alerta sobre las consecuencias de los sistemas económicos capitalistas. Esto puede ser palpado en algunas imágenes claras que nos asoma la novela, como la división en las clases sociales y la irremediable opresión que viven los esclavos, además de la necesidad de que estos personajes se acostumbren a ello y puedan sentirse cómodos con el papel que tienen en la sociedad; una sociedad de consumo, en la que hay una desaparición de la capacidad intelectual individual y una satisfacción de la felicidad mediante el uso de drogas y estimulación artificial.

Es claro entonces que la novela no representa un panorama exclusivo de la ficción, sino que en ella hay un boceto de la realidad que vive el propio Huxley así como una alerta a las consecuencias de ésta. En el mundo bipolar que se vivió durante casi todo el siglo XX en el cual el panorama se Pintaba como una paradoja entre el sistema del sueño americano y el sistema Soviético Ruso, se pusieron en pugna de tal forma las alternativas para la transformación de la sociedad, que cayó en el olvido el planteamiento de la libertad, el derecho a ser libre. Esta defensa del derecho a ser libre como ser humano, de no ser oprimido por un estado, es completamente cercana a las propuestas anarquistas. El discurso de la libertad del hombre que hace John “el salvaje” permite ver esto. El panorama pintado puede hacer pensar también que hay una comparación constante muy fuerte con la idea del sueño americano; entonces, se puede pensar que si bien Huxley es profundamente crítico con la sociedad del consumo, no ve en el comunismo soviético una alternativa. Hay en este punto un elemento muy importante que aparece en las apelaciones al derecho a ser desgraciado de John, se ve ahí mucho de la teoría del caos anarquista, la teoría de la desestabilización.

Al final de la novela se expresa la necesidad de que la libertad del hombre esté relacionada directamente con su igualdad, no tendremos libertad en tanto que no exista igualdad y justicia. Para ver esto podemos estudiar el momento en el cual John y Mond discuten acerca de los Epsilon, ahí se pone en el tapete una discusión siempre contemporánea tanto en los tiempos de Huxley como en los nuestros, la discusión sobre el papel de los obreros en una sociedad. Para una mejor comprensión pueden estudiarse diversos libros en los cuales se asoma este elemento, que no es otro que el de la lucha de clases. En el libro del filósofo y educador argentino Aníbal Ponce, “Educación y lucha de clases” éste pone de manifiesto como a través de la educación  se ha creado una clase social y se le ha mantenido oprimida. La educación fue el elemento a través del cual, luego de su institucionalización empezó a oprimirse a las clases bajas, se enseñó y acostumbró a éstas a sentir que el lugar en el que estaban era el mejor para ellos, para esto se les convenció de que no saldrían de ahí y de que su único futuro era ser obreros. La educación fue el elemento limitante, se les educó y educa para ser obreros, se les repite en todo momento que no tienen otra opción, así como lo hacían a los niños en el mundo feliz. Luego, además se les impide que puedan formarse completamente, se les convierte en una masa homogénea, no se les afirma una personalidad propia, para ello se utilizan diversos factores como la televisión. Se les convierte prácticamente en unos clones. Cuando hoy en día se discute sobre la apertura de la universidad todavía se puede escuchar que se expresa como argumento que esto no puede suceder porque si todos van quienes serán los obreros; se necesita impedir que ciertos grupos ingresen a la universidad porque se les debe empujar a ser obreros. La mayoría de los que se oponen quizás no lo expresen pero sí lo piensan, lo piensan porque de igual manera que a los Alfa se les acostumbra a pensar que es lo correcto, que hay clases sociales que no se deben mover que hay que mantener la estabilidad y el equilibro desigual de la sociedad.

Yo mantengo que no hay una lectura diacrónica de la novela, si bien en esta se muestra una apelación al desarrollo futurista, creo que ste es el mayor uso del eufemismo, con el cual se pretende suavizar lo que se quiere decir. Si Huxley escribiera su novela en presente, todo el recurso irónico se perdería, además de que no sería leída sino mas bien censurada y criminalizada.  Para quien comprende el desastre de la sociedad actual, de toda la sociedad del siglo XX no le es difícil darse cuenta de que toda la novela es un eufemismo y una alegoría sobre ésta. Por supuesto que hay quienes se horrorizan al leer al mundo feliz porque temen y desprecian lo que ahí se muestra, por ello deben mantener su esperanza en la humanidad pensando que no hemos llegado a ese punto, que es una apelación al futuro, que es una distopía; estas personas deben convencerse de leer literalmente la novela, para seguir engañándose sobre la realidad que viven diariamente, sobre el hecho de que viven en el mundo feliz. Son como aquellos niños Gamma que cuando John les arrancó su soma corrieron a matarle. Comprenden que algo anda mal pero prefieren el soma, prefieren la fantasía. Tanto es un eufemismo la obra que cuando Benjamin Marx visita malpaís este se encuentra en Latinoamérica, como una alegoría al desarrollo industrial del mundo contemporáneo del autor, del desarrollo occidental frente al desarrollo del sur. También otro tono irónico se encuentra en el papel con el que el filósofo enfrenta la realidad, en John esto se ve claramente cuando no puede abordar el mundo más que usando las palabras leídas en Shakespeare y en el momento en el que se hacen referencias a cosas que no se encuentran en los libros leídos pues no hay forma de que comprenda.

Puede apreciarse el papel dominador de la televisión y la programación mental que se hace usándola, cuando se excita al consumismo, cuando se fomenta la desigualdad social y finalmente cuando se impulsa a la desintegración de la consciencia personal. Son muchas las maneras en las que Huxley nos muestra el drama político y social del siglo XX, y si bien puede considerarse en términos literarios una distopía yo me animo a verla como un eufemismo alegórico de la sociedad actual.

2 comentarios

Archivado bajo Crítica Literaria

2 Respuestas a “Alegoría y Eufemismo en El Mundo Feliz de Aldous Huxley

  1. Leonardo Mendoza

    Te lo resumo en dos líneas: las novelas de ciencia ficción qué no son más que una crítica social que perfila el futuro de una industrialización en excesos.

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